Al compás de la vihuela

Crónica de un paseo

El caminante está perezoso en la tarde del domingo y parece como si le pesasen los desánimos más de la cuenta y como si le pesasen también más que nunca las toñas que se jaló leoninamente en la comida. El aguinaldo sobrante de las Pascuas le hace la puñeta y le desbarata el ánimo deportista al caminante, que aún no ha puesto los pies en la calle y ya anda […]

Al compás de la vihuela

Desajuste estacional

Supererò le correnti gravitazionali, lo spazio e la luce per non farti invecchiare. Te salverò da ogni malinconia La cura. Franco Battiato.   Si no fuera porque me chafo el abrigo sobre mi halda afirmaría que el paisaje que veo desde el autobús es el propio de una tarde de primeros de mayo y no el de la víspera de Nochevieja. Al compás de los corazones de los viajeros van

Al compás de la vihuela

Canción del pañuelo

Al amanecer miro a la mesilla y me encuentro todos los pañuelos del ayer descapullados, despegados del moco, abiertos como si el sol puñetero que a mí me ha quebrado el sueño les hubiera dado la energía necesaria para florecer. Durante la madrugada los fui dejando ahí unos encima de otros, cerrados en puño, en esos momentos en que el hombre que los depositaba era mi yo de anoche, muy

Al compás de la vihuela

En ausencia de sal

El médico dice que se acabó el chollo del sodio. Ya me lo habían dicho antes. Pero esta vez ha sido severo. En el ambulatorio las mujeres mayores se saludan así: Ya no dices ni media. En el ambulatorio hay viejos muy envejecidos que caminan como tarántulas flemáticas con sus muletas y que miran sin parpadeo a un punto fijo de la sala, en silencio, hasta que en un momento

Al compás de la vihuela

Evocaciones del norte

He visto a mujeres silenciosas y meditabundas apurándose el último charco helado del café mientras escuchaban a una banda de jazz en un garito cálido y rosado de San Sebastián al que se entra bajando por unas escaleras de sótano. El bajista que allí tocaba era de Bullas: Jesús Caparrós. Y embutidos en nuestros gabanes ―pintados con purpurina de orvallo―, Marcos García y yo, en pie, apoyados en una columna,

Al compás de la vihuela

Locus Amoenus

Gozo de la vieja y medicinal costumbre de salir al bosque que por mis tierras llaman Bancal de Aparicio. Digo que tengo el anciano ―jovial, fresco, urbano―hobby de salir al campo al atardecer, pero no adelantando un pie tras otro, como hacen los enfermos de colesterol y triglicéridos, sino sorteando las curvas mareantes y sufriendo leves paradas cardíacas cuando las ruedas trompican de súbito por los jodidos baches de los

Al compás de la vihuela
Scroll al inicio