Lo hablaba hace bien poco con mi compañera, “Nacho Vegas tiene que estar a punto de sacar algo, nena”. Apenas una semana más tarde, el propio Nacho desde su cuenta de Twitter lanzaba una encuesta para preguntar a sus seguidores cómo titularían su próximo disco. Luego decía que no nos viniésemos arriba, que lo había dicho en plan tontuno. Hiciese la encuesta porque se acababa de dar cuenta de que se podía y le hizo gracia o escondiera algo detrás yo sigo convencido de que Nacho tiene que tener algo a punto de caramelo. O al menos, en ideación. Como seguidor de su trayectoria por el tiempo que ha pasado desde “Resituación” (8 de abril de 2014), un EP de esos cortitos que tanto le gustan debe estar al caer. O de eso me auto-convenzo.
Sea como sea, llevo toda la semana pensando en él y me he atrevido a hacer algo que llevo mucho planteándome. Si tuviera que recomendar a alguien, seis, ni uno más ni uno menos, seis trabajos de Nacho…¿cuáles serían? Una pregunta jodida para quienes le admiramos como músico e idolatramos ciegamente como letrista, pero que voy a intentar responder. Esta sería mi lista, o al menos la primera parte:
–Cajas de música difíciles de parar: Probablemente su segundo mejor larga duración. Denso, complejo y compacto. Un Vegas muy conceptual pare con sudor y trabajo un doble disco con unas letras muy interrelacionadas y cuidadas, que desprenden un nada azaroso olor a humedad, opiáceos y ese vitalismo pesimista-existencialista (perdón por el palabrejo pero siempre lo he denominado así mentalmente) que siempre inunda su lírica. Para mí es su LP más profundo en conjunto. Soledad, aislamiento, vacío existencial, desesperanza, anestésicos y muerte. De todo esto (ahí es poco) nos da una lección magistral Vegas en este albúm. También cuenta con algunas de sus mejores canciones de estilo “storytelling” como son “Maldición”, “Por culpa de la humedad” o “Historia de un perdedor”. También la canción con menos letra de Vegas y que más cosas dice: “La sed”. Podría pasarme tantas horas hablando de este disco como horas escuchándolo.
-Canciones desde palacio: Aunque he dudado de si como EP debería salir en esta lista el presente, “Esto no es una salida” o “Miedo al zumbido de los mosquitos” creo que me quedo con este. Por lo necesario para entender la evolución entre los dos largas duración que tiene enmedio y por esa magistral primera canción que es “Canción de palacio #7”. Hay personas de letra y personas de música, y ambas quedarán más que satisfechas con este tema. Con “En la ardiente oscuridad”, Nacho se atreve a sexualizar de forma más explícita sus letras y, aunque a muchos les pueda parecer de las más flojas del disco, a mí me parece de las más reveladoras. Se nota que se siente cómodo con la canción y eso propiciará algunas de las letras que pudimos escuchar años después. “Canción de Isabel” es una de sus canciones-relato más criticadas por sencillez (como si eso pudiera ser algo negativo) pero ese sentimiento de culpa que esconde tras la rebelión contra la marginación que propicia la muerte de ella quizás quiere decir más de lo que muchos creen. Cada cual que obtenga sus conclusiones.
–Desaparezca aquí: Piedra angular de su discografía y para muchos, entre los que me incluyo, su mejor disco; es un LP en el que se nota su evolución musical. Mucho más afilado en las instrumentales no duda en subir el nivel de desgarro a la guitarra, ya sea para darle un toque más “duro” como en la historia cíclica “Ella me confundió con otra persona” o para darnos una lección melódica magistral en “Ocho y medio”, al nivel de los maestros cantautores de la vieja EEUU. Nacho se enfunda los pantalones de la épica para hablarnos de temas tan viejos como la vida y en los que tiene tanta maestría como son “la guerra de uno contra uno mismo” en “Cerca del cielo” (dedicada a Juanito) o la cotinaidad del fracaso existencial en “Nuevos planes, idénticas estrategias” que arranca con ese sublime párrafo en el que, tras su encuentro con la mujer de peinado imposible, reflexiona “¿por qué nadie me iba a mentir allí?/ tal revelación me impidió dormir/ tracé un ambicioso plan:/ consistía en sobrevivir”. Si el anterior disco era “La sed” este es “La náusea”. Da una lección lírica en este disco que ningún poeta o músico debería haberse perdido a estas alturas.
Dejo aquí la lista, muy a mi pesar, mientras me preparo para escribir la siguiente. Por cierto, lo de dividir la lista en dos no tiene fines comerciales ni de facilitarle a nadie la lectura si no que, tal y como ya contaré, creo que hay una importante evolución entre estos años y los venideros que se aprecia claramente con “Manifiesto Desastre” y, sobre todo, en los dos discos de colaboración que preceden a este último. Pero me lo guardo para la siguiente entrada. Gracias por llegar a esta línea.