El pasado 16 de diciembre celebramos nuestro primer cumpleaños. Nadie nos regaló nada, ni siquiera nos hicisteis una tarta, nadie nos tiró 28 veces de las orejas ni nadie entró con gasolina al Carril de las Palmeras a pegarnos fuego. No recibir nata montada o fuego nos entristeció tanto como que el tíovivo se parara aquella navidad de 1995 y nuestros padres no estuvieran esperándonos, pero para superar traumas estuvisteis algunos para escribirnos tan bellas y aberrantes palabras sobre los conciertos de Toxic Heart, Danny Rose & The Harridan Robbers y Llueve, capullos!. Sabemos que escribir una crítica puede ser fácil o tremendamente difícil. Por ejemplo, podríamos disertar sobre qué caminos elige el escritor a la hora de hacer una o simplemente exponer vuestros escritos y considerarlos únicos y válidos porque tratan de ser auténticos. Seamos así, encontremos una voz, un discurso y olvidémonos de los traumas del periodismo.
Y por último una crítica que nos ha llegado por correo:
«Hace unos días suspendí un examen por no estudiar lo suficiente. No estudié lo suficiente por acudir a la fiesta de Piso28. Hace unos días no me emborraché en la fiesta de Piso28. No bebí lo suficiente por irme a estudiar para un examen. Me cago en Dios.
La noche empieza con que esto es una fiesta de cumpleaños y alguien ha hecho emparedados de nocilla que son gratis y durante un instante yo soy todo felicidad. Después caigo en que quizás se terminen y ese pensamiento me llena de angustia. Decido comerme uno después de cada actuación y esperar que nadie me recrimine que como más que los demás. Podría ser peor, podría comerme el trozo de pizza que le correspondía a unos de los músicos (me comí el trozo de pizza que le correspondía a uno de los músicos).
Empiezan Toxic Heart, que coge un su nombre lo que parece ser un cuento de Tim Burton, dejando claro que son más pedantes que homosexuales. No suenan pedantes. Bueno, su cantante, única persona del grupo interesada en mirar al público, un poco sí. Pero cuando tocan no suenan pedantes. El cantante se ha pasado toda su vida diciendo que todo es Blues. Ahora resulta que todo es su Blues, menos su Blues, que es psicodelia. No se distinguir entre el Jazz y el Blues, ni se decir si los Beatles hacían Pop o Rock, pero me juego los cojones a lo que está sonando es psicodelia, me da igual que no lo digan. Me dejan bastante satisfecho.
Y cuando terminan me doy cuenta de que alguien se ha llevado su propio bocadillo hecho de casa y de que esto de verdad es una fiesta de cumpleaños. Joder, tengo hambre. Suelo pasar por el McDonald de vuelta a casa siempre que salgo a beber, por si alguien se ha dejado media hamburguesa y así puedo comer un poco más. Yo generalmente siempre estoy pensando en comida.
Tocan Danny Rose & The Harridan Robbers y se me hace un hueco en el estómago. Ellos tocan y yo ya no pienso en comida, seguramente si hubieran tocado la cantidad de tiempo que deberían haber tocado, no esa mierda de veinte minutos, yo hubiera comido mucha menos nocilla esa noche y nadie se habría quedado sin pizza. Curiosamente el primero en reaccionar a los Danny es el punky que tocará después de ellos (- ¡Ey, yo no soy punky! – Calla gordo). El tío ha dicho antes que tocan Samba y es cierto, tocan Samba, pero también gypsy, bossa, jazz y todo lo que debería gustarte. Al principio no puedo escuchar a la cantante, que saca la letra como si estuviera dentro de un botijo, pero cuando se envalentona ya no escucho a nadie más. Está la música y un montón de gente que si yo fuera consciente de que están haciendo ruido les pediría amablemente que se callaran con un ladrillazo entre los dientes, pero no me doy cuenta de que hacen ruido, estoy demasiado atrapado por ellos. Tocan el niño caníbal y cada maldita frase tiene algo que llega. Coño, molan. Molan y los tíos terminan el concierto sin avisar, sin dejarnos entender que lo estaban empezando, sin despedirse. No entiendo porque han parado de tocar, de verdad que no. Es como recibir la mamada de tu vida y verte despedido sin poder dar siquiera las gracias, devolver algo, quedarte un rato en la cama, decir te quiero. Los cabrones no se esperan ni a los aplausos y eso me deja mal cuerpo.
Termino la noche escuchando a Llueve, Capullos y yo no sé nada de los Sex Pistols, ni de que lo que significa Dadaismo, pero sé que su propuesta no me convence. Me dijeron que iba a escuchar Punk acústico y cuando los tengo delante solo me da por pensar que se están riendo de mí y no conmigo. Puede que eso sea un acierto, nadie dijo que el Punk tuviera que sonar bien. Solo es que a mí me gusta pensar que un grupo se tiene que tomar enserio su propia música. Lo que igual tampoco es muy Punk.
El guitarrista de Llueve, Capullos fue el tío que se quedo sin trozo de pizza por mi culpa. Me alegro.
Cruz Castro. »
Muchas gracias a todos los participantes y esperamos que al cumplir 2 años seamos más y más cabrones y aún así nos queramos tanto como nos quisimos en este primer año de vida y nos traigáis una puta tarta.
Estamos relajados, (no) ha dolido.
Hola, chic@s. Los enlaces de FB y TW del footer no enlazan bien.
Quiero recibir las nuevas entradas en mi mail. Que señorito suena.
Saludos
¡Ostras!, gracias Raúl. Ya mismo le damos solución. Que somos unos mangarrianes.
Salud, señorito
‘Si hubieron…’ Muy bien chavales… A ver si aprendéis a escribir!
Razón no te falta, gamba gorda y roja que viene de coloquialismos de esos infantiles del pobre Javier Arnedo, pero tampoco te diríamos que no sabes escribir por no poner punto después de una comilla. Además esas comillas se usan para citar palabras de otras personas dentro de las comillas inglesas. Pero bueno, que los comentarios pedantes sin aporte son para los idiotas. Así que eso, esperamos haberte ayudado en algo! (a lo loco, sin exclamación de entrada)
Cuando dices «comentarios pedantes sin aporte» te refieres a vuestras críticas y crónicas de mierda, ¿no?. Hechas por niños de papá a los que les gustaría subirse a un escenario y a lo único que llegan es a hablar en tercera persona. Eso sí que es para idiotas. Lo que sois vosotros. Touché.