Llevo una puta semana dando el follón a mis colegas. Spam, publicidad encubierta, chantaje emocional, demagogia riverana…lo he intentado todo. También le di un toque al Bombilla, mi colega de Pliego que mata a gente por 20€. Hasta me he inventado un eslogan. El eslogan es la última frase del mensaje que he enviado a todos mis colegas esta semana. El mensaje: Tío, vente el viernes a ver a Garaje Florida a la REM. (Aquí insertaba el pertinente enlace al bandcamp de la banda). Son seis pavos. Después iba el eslogan. El eslogan decía: Tío, Garaje Florida es la banda que Murcia necesitaba. Pulsé enviar y me descubrí a mí mismo negando con la cabeza, como diciéndome que qué coño digo y que si es verdad que Murcia necesita una banda y que, en caso afirmativo, ESA banda sea ESTA.
Mi colega Gonzalo se está haciendo mayor y ha entendido que lo primero para encontrar trabajo de abogado es parecer un abogado en tu tiempo libre. Al Fafi le quedan 20€ para lo que queda de mes y dice: Sí, rey, prefiero pillarme una botella de ron a apoyar la escena local. Y luego está Asier. Salió anoche. Se pilló un cartón de vino por 50 céntimos. El cabrón no se acuerda ni de la marca. Ha pensado que lo que necesita su cuerpo vascongado para olvidarse de la resaca es un concierto de Garaje Florida. Así que estamos en la puerta de la REM. Asier, Mario y yo. Hablamos sobre los grupos que vuelven después de siglos de silencio. Mario dice que vuelven por los cuartos y menciona a los Replacements. Yo me enfado. Asier dice que en el rap están los cuatro de siempre repartiéndose el pastel. Yo digo que lo peor es que Ty Segall, el músico más relevante de los últimos diez años, el que lo peta, nuestro pastor, nunca va a arrastrar a tanta gente como la vuelta de los putos The Cure. Entonces se produce este diálogo:
-¿Ty Segall? ¿Quién conoce a Ty Segall?
-Bueno, no sé, tío, mucha gente. No está en el mainstream, pero es el primero si estás dispuesto a bucear un pelín.
-Eso te iba a decir…en el underground, porque yo solo te escucho a ti hablar de Ty Segall todo el puto rato.
Me callo. Entramos. The Real Me suben al escenario. Empiezan a tocar. Asier me pregunta por qué el cantante pretende que creamos que tiene 20 años. Le digo que no lo sé. Mario dice que es un Cooper de quinta división. Hablamos de Los Flechazos y de Brighton 64 y nos preguntamos si el cantante es británico o almeriense. Mario dice que es británico y que Álex Cooper es melómano y simpático. The Real Me suenan bien y no tienen mala imagen, pero tengo la sensación de que a nadie le importa una mierda su concierto. Lo suyo es como echarle agua al bote de gel vacío: inocuo. Creo que hasta un tío se acerca al escenario y les dice que a ver si pueden tocar algo más suave, que así es imposible mantener una conversación.
Apuramos la caña y salimos. Asier y Manolo y Mario y Lucía y Chusa y Ana hablan. Yo noto ansiedad. Noto que me juego algo ahí dentro. Manolo dice que ha vuelto a fumar porque ayer volvió de Granada y en un solo día en Murcia ha recibido tantos chorretazos de mierda que no le ha quedado otra. Yo pienso en que me juego algo y en que llevo una semana diciendo que Garaje Florida es la banda que Murcia necesitaba. Lo he dicho como si hubiera visto un destello al final del túnel y pensara que algo está cambiando y necesitara que esta banda mole tanto en directo como en estudio para poder levantarme cada día pensando que hay algo de esperanza. Anoche agoté las escuchas de su bandcamp y no sé cómo coño voy a escribir la crónica.
Escucho una batería y digo ¡¡VAMOS P’ADENTRO!! y dejo a Manolo con una palabra en la boca y un cigarro a medio parir. Maestro Gado baila sobre el Rhodes. Luiggi García aprieta el morro y le da duro a los tambores. Suena guapo. Aparece el Mena. Coge la guitarra y abre la boca y yo me tengo que quitar la chupa, me cago en dios. Garaje Florida suena a ese día en que unos ingleses dijeron que ya que el punk se había ido a tomar por culo y estaban hasta los huevos de vanguardias sonoras, estaría bien volver a los negros y hacer música con el propósito de BAILAR COMO HIJOS DE PUTA. Garaje, psicodelia, new wave y, si rascas, punk y blues. Muy guapo. El Mena canta como si Billy MacKenzie hubiera nacido en Louisiana. Súmale a un tío tocando el Rhodes como si Ray Manzarek le estuviera acariciando el pescuezo y a otro mordiendo la batería con dientes kraut. El resultado es el sonido más personal que ha surgido en esta puta ciudad –junto a Crudo Pimento y Perro– en los últimos catorce o quince siglos.
Me acuerdo de cuando fui becario de la SER y vi al Mena en acústico. Me pareció el tío más auténtico de esta ciudad. Ese acento lorquino, esa sencillez al hablar, esa cara que pone el cabrón cuando canta. Tiene carisma. Se acuerda de la virgen de los dolores y todo dios se parte el ojete. Porque esa es otra: este es un concierto entre amigos. No hay más de 50 personas en la sala. Parece que hay luz, pero nos quedan lustros de pico y pala.
Suena Rodrigo. Asier viene de echar fotos y dice: acho, pues están, guapos, están guapos. Yo me río. Acho, dice el cabrón. El puto pamplonica que se pasa el día hablando de Osasuna y de La Polla Records acaba de decir ACHO. Después lo entiendo: esta es la Murcia que mola. La que sale en estas canciones. La que es capaz de ver una dimensión épica en ir desde el fondo de Repúblika hasta ese baño infecto en el que, si te da por mirarte las zapatillas mientras vacías la vejiga, te viene a la cabeza Renton en el baño más asqueroso de Edimburgo. Esa cultura alternativa que nace en el barrio y que están manteniendo personas que se pelean a diario con las palabras RENTABILIDAD y GRANDES SUPERFICIES y que tienen la cara llena de barro pero todavía te saludan enseñándote los dientes y siguen siendo capaces de bailar como bestias en celo. Aquí no está el puto Miguel Ángel Cámara ni Don Mendoza ni la manifestación en contra del laicismo.
Entonces vuelvo a la REM y estos cabrones están versionando a Parquet Courts y noto que tengo el pantalón mojado y miro el tercio de cerveza y resulta que lo tengo a la altura del pecho. Encima saben adónde mirar, joder. Aprieto el puño como si hubiera ganado. Aunque igual he ganado. Tenía razón: esta es la banda que necesitaba Murcia. Me froto las manos y pienso en que tengo que predicar su palabra: COLEGAS, HAY QUE APOYAR A ESTA PUTA BANDA. VAMOS A DEJARNOS LOS POCOS CUARTOS QUE TENGAMOS EN SU DISCO Y SUS CAMISETAS Y SUS CONCIERTOS. JODER, JODER, VAMOS A PEREGRINAR A LORCA A DARLE LAS GRACIAS A LA MADRE DEL MENA Y A DONDE MIERDA HAGA FALTA PARA DARLE GRACIAS A QUIEN MIERDA SEA QUE PERMITIÓ QUE UN TÍO QUE JURARÍAS QUE ESTÁ OPOSITANDO PARA PROCURADOR DE LA PROPIEDAD HABLE DE TALKING HEADS Y CIERRE UN CONCIERTO CON ESA GENIALIDAD DE TY SEGALL LLAMADA CAESAR.
Sí, de Ty Segall. Asier me mira y yo ajusto cuentas. Le digo: Rey, te dije que esta banda era la hostia y que Ty Segall es el número uno. Ata cabos. Él asiente, perplejo. Capazos de potencia, unas melodías de la hostia, un cantante con alma, el sonido que todos quieren hacer y nadie consigue y escupirle a la caspa y al indiepopdechicledefrutasdelbosque. Entonces termina el concierto y Lucía dice Venga, unos chupiticos y yo pienso que Garaje Florida es beber Anís del Mono cuando todos beben Jägermeister.
Asier Ganuzaren argazkiak
Yo no estuve, por desgracia, este sábado en la REM, pero no les pienso quitar el ojo de encima. Hacen falta grupos en Murcia con mala baba. Coincido completamente contigo en eso de que hacen falta grupos como este, pero no solo en Murcia, y en que Ty Segall es el rey del cotarro. Hacen falta grupos de rock que dediquen más tiempo a componer que a comprarse camisas y a hacer fotos para su Instagram. Hacen falta grupos que den ganas de darse hostias con desconocidos como Thee Oh Sees, como FIDLAR, como el tío Segall. Hace falta hacer música y no fotocopias, porque de tanto copiar a las copias, ya no entiendes los apuntes, ni lo que quieren hacer algunos sobre un escenario.
Exacto. Y, ojo, que Garaje Florida tampoco han inventado nada, pero tienen personalidad, mezclan influencias con inteligencia y tienen un discurso. Ahí está el rollo. ¡Gracias por leer, DanielC!
Claro, claro. No han inventado nada, pero es que el propio Segall tampoco. Tan solo le ha dado un lavado de cara a un género que se había estancado durante años y le ha aportado frescura y diversión, que yo voy a un concierto a bailar y a pasarmelo teta. Eso, en cierto modo, se había perdido y está volviendo gracias a gente así.
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