La diosa Wendy O. Williams

plasmatics

El 6 de abril de 1998 Wendy O. Williams se descerrajaba un tiro en la cabeza. Celebrar el primer aniversario de Piso28 con un suicidio es como poco apropiado, pero todo sea por ganar la atención del lector, y una estrella del rock olvidada suicida es buen material. Pero no frivolicemos: Wendy es más que buen material; es material de primera.

Plasmatics es la banda olvidada del punk. Nunca aparece en los recopilatorios, nadie cita sus canciones, sus vídeos no están en Facebook. Y sin embargo era una de la mejores de la escena neoyorkina, mucho más rotunda y personal que la mayoría de las que aparecen en “Por favor mátame”. Su memoria se ha desvanecido, pese a ser la primera banda a la que yo vi destrozar guitarras, amplis y hasta coches con una motosierra en directo. Wendy era un espectáculo feroz; casi desnuda, con tiras de latex de tienda porno, moviendo en el aire la motosierra con su cresta amarilla. plasmatics-la-nata-de-wendyFerocidad trash y estética anti arti-post porno-hardcore punk. Es horrible, lo sé, pero buscad un vídeo en youtube y proponed una definición mejor.

Impulsada por Rod Swenson, un personaje de la cultura underground del Nueva York del Max Club y el CBGB, se mantuvo al margen de los circuitos codificados. En cierta forma Wendy cantando en Plasmatics es una anti Debbie Harry cantando en Blondie, si bien en 1985 los nominaron a un Grammy. La decadencia es democrática e inevitable para todos menos para Neil Young. Aún así la decadencia llegó después de un esplendor fulgurante: fueron la banda más grosera de la época, ella fingía meterse consoladores, follaba con su guitarra, salía solo cubierta de espuma de afeitar… lo que no se hubiera atrevido nadie a hacer, con la excepción de las bandas punk de Los Ángeles. Fueron años en los que Wendy, cuenta la leyenda, tuvo que hacer porno para pagar las cuentas del grupo. Antes de empezar a cantar había estudiado interpretación y se ganaba la vida como stripper, de manera que el paso al porno de Candy Goes to Hollywood (1979) –la más conocida– era natural, aunque casi siempre era soft porno. Es raro, pero otras se llevaron la etiqueta, especialmente Tracy Lords y su cameo en Manic Street Preachers, pero la auténtica estrella porno del rock es Wendy, tanto que Lemmy le dedica No class en el directo «Everything Louder Tan Everyone Else» un concierto grabado un mes después de su muerte.

Se quitó la vida en 1998. La noticia me resultó amarga, no recuerdo si lo leí en un Ruta 66. Había desaparecido de la vida pública. Dejó una nota:

«El acto de quitarme la vida no es algo que decida hacer a la ligera. No creo que nadie se quite la vida sin antes haberlo reflexionado profundamente durante un largo periodo de tiempo. De todas formas, estoy convencida que el derecho a poder hacerlo es uno de los derechos fundamentales que alguien puede llegar a tener en una sociedad libre. Pienso que la mayoría de lo que hace el mundo no tiene ningún sentido, pero el sentimiento con respecto a lo que estoy haciendo suena alto y claro en el interior del oído, en un lugar en el que no hay nadie, sólo la calma.

Amor eterno, Wendy».

 

Nada más que decir.

1 comentario en “La diosa Wendy O. Williams”

  1. Decir que un grupo que supera el millón de reproducciones (de media) en Youtube es ‘el gran desconocido’ es de ser muy inculto musicalmente.

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